lunes, 10 de octubre de 2016

“Lo aterrador es que sean seres humanos y parezcan normales”

El cronista de policiales, Ricardo “Patán” Ragendorfer, presentó “Los Doblados”  en una conferencia con alumnos de Investigación periodística, ocurrida el pasado jueves 6 de octubre en el microcine de TEA. El libro recorre las infiltraciones del Batallón 601, participe del Plan Cóndor y del terrorismo de Estado durante la última dictadura, en las guerrillas argentinas como Montoneros y el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo).

 El encuentro comenzó con una presentación del libro y se concentró en la figura protagonista del relato: la traición; que según Ragendorfer es “universal como un fantasma apenas disimulado” y transita en ambos bandos, tanto dentro del Ejército como en las Guerrillas de 1970. A pesar de haber usado infiltraciones como recurso, no fue una táctica fundamental para la derrota de los “insurgentes”.


 “Los Doblados”  escudriña el funcionamiento y la estructura del Batallón 601, además del rol de Rafael de Jesús Ranier como principal informante de la milicia. Sus datos sueltos formaron un conjunto de información útil que permitió el desmembramiento de casas operativas, la detención de integrantes del ERP y el sabotaje del ataque al Batallón Depósito de Arsenales Domingo Viejobueno en Monte Chingolo en 1975.

 La investigación le llevó al autor más de una década, donde los primeros años se vieron cercados por callejones sin salida y notas inconclusas; y la fase final fue la escritura desde octubre del 2015 hasta marzo del año siguiente. El plan del periodista era “construir una historia sólida, como a mí me hubiese gustado leerla”, y tuvo su inicio cuando entrevistó al Mayor Carlos Antonio Españadero para la revista Caras y Caretas entre mayo y julio del 2005.

 En la conferencia, Ragendorfer habló también de sus métodos para presentar una historia solida y para reconstruir un relato que no lo tuvo a él ni como protagonista ni como espectador. La recopilación de datos, que lo llevaron a su vez a otros, le permitió darle realidad a “trechos imaginarios”  y crear un clima de suspenso en la narración. Es así como se presenta al “Oso” Ranier, quien al comienzo del libro aparece como un personaje secundario y a medida que pasan las hojas, “todo va convergiendo hacia él” y su rol como traidor.

 Al ser investigador de temas relacionados con el terrorismo de Estado en la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, Ragendorfer pudo entrevistar a militares que formaron parte de la brutal dictadura iniciada en 1976. Lo aterró la idea de que los torturadores “sean seres humanos y parezcan normales”, y comentó sobre lo interesante que le resulta ver al represor en su cotidianeidad, ya que es una muestra de la “banalidad del mal”.

 Para dialogar con represores, lo sustancial es no discutir y otorgarles “el espacio para que hablen de cualquier cosa” porque así demuestran lo que son. El periodista también nota cierto atractivo en entrevistar a las mujeres de esos militares. Recordó una anécdota de la esposa de Pedro Giachino, Jefe del Pelotón Vigilancia y Seguridad del centro clandestino en Mar del Plata y primer caído en la Guerra de Malvinas, cuando el militar llegó llorando desconsolado a su casa luego de una “jornada laboral”.

Por otra parte, el Golpe de Estado realmente comenzó con los Decretos de Aniquilamiento dictados por el Poder Ejecutivo en 1975, permitiéndoles a las Fuerzas Armadas “neutralizar y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos”. Según Ragendorfer, fue en ese momento de la historia argentina, que el poder “pasó de la Casa Rosada a los militares”, quienes estaban esperando una operación que justificara los ataques a los “insurgentes” pertenecientes al ERP y/o a Montoneros.

  Como escritor de investigaciones, “Patán” encara temas que no fueron tratados por otros autores, como el objetivo del Capitán Juan Carlos Leonetti de capturar a Mario Roberto Santucho, comandante del ERP; o la corrupción de la policía en la provincia de Buenos Aires en su libro “La Bonaerense”.  Muestra otra faceta como redactor al publicar “La Maldición de Salsipuedes”, su primera novela de ficción inspirada en el caso Dalmasso, aún sin resolver.  


 “Que su Dios se apiade de él” es la línea final de “Los Doblados”, pero no es realmente el final de una pesquisa que capitulo tras capitulo le tomo una década al cronista de policiales. “Ramalazos residuales de la investigación siempre ocurren” y así Ricardo Ragendorfer dejaba abierta una puerta a futuras investigaciones del período más oscuro de la Argentina.